Cuando vemos el dolor, la incertidumbre, el temor en nosotros y en lo que nos rodea, un sinfín de preguntas sin respuesta pueden dejar nuestra vida aún más vacía y desenfocada.

La Biblia es clara en mostrar la ley moral de Dios y como ninguno de nosotros hemos cumplido con ella por lo que estamos perdidos, huérfanos aquí y condenados eternamente. Pero ante esta trágica noticia, en el evangelio que significa “buena noticia” vemos a Dios en su gloria descendiendo a nuestro mundo de vergüenza y estando en este mundo, siendo el único ser humano que vivió la vida agradable y perfecta en Dios siendo brutal e injustamente asesinado en una cruz. Lo que la Biblia nos enseña es que detrás de los romanos y los judíos, estaba la mano de Dios Padre entregando en esa cruz a su Hijo Jesucristo para ejecutar en Él el juicio por nuestro pecado y rebelión contra Dios.

Ahora Dios deja una puerta abierta para volver a Él, empezar de nuevo, ser adoptados nuevamente, conocerle y ponernos bajo sumisión a Su palabra donde encontramos verdadera libertad, paz y significado. No podemos pagar nada por ello, Dios solo nos pide una cosa, reconocer y confesarle nuestra culpa a Él en arrepentimiento y dar lugar al Señorío de Jesús en nuestra vida.