"Como tampoco hemos buscado glorias humanas, ni de vosotros ni de nadie."
1 TESALONICENSES 2:6 BLP
Desde que el corazón del hombre perdió la gloria que viene de Dios, quedó huérfano y una sed de volver a sentir esa aprobación y trascendencia ha sido la búsqueda desde entonces. Hoy vemos en nuestra generación un hambre por acaparar la atención y el aplauso de los demás. El ministerio pastoral conlleva el estar expuesto públicamente y observado en tu labor continuamente, por ello la tentación de buscar el aplauso y la admiración de los demás no está exenta en la labor del pastor. Pero Pablo nos deja una marca a seguir, el resolvió en su corazón que su sentido de gloria y aprobación no iba a venir de los hombres sino de Dios. Esto no quiere decir que vayas de antipático y sin importarte lo que los demás piensan de ti, más bien está enfocado en el terreno de las necesidades de nuestra alma y seria buscarlas en un pozo sin fondo cuando queremos el aplauso, el like y la admiración de los demás. Todo esto no traerá verdadera satisfacción a un corazón que ha sido hecho para satisfacerse en Dios y sentir que estás siendo llenado por ese mismo Dios. Por ello todo pastor, debe disfrutar su ministerio y el privilegio de servir a Cristo y la responsabilidad de cuidar su rebaño en espera de la recompensa y la aprobación que realmente traerá dicha a su corazón y esta es la del perfecto y Buen Pastor Jesús.