"Por eso también yo, cuando ya no pude soportar más, envié a Timoteo para informarme de su fe, por temor a que el tentador los hubiera tentado y que nuestro trabajo hubiera sido en vano."
1 Tesalonicenses 3:5 NBLA
Pablo había levantado una hermosa congregación en Tesalónica y después de un tiempo de no poder estar junto a ellos por causas de fuerza mayor, su corazón no terminaba de encontrar descanso para saber cómo estaban realmente en su fe los hermanos allá. Están siendo tiempos complicados para poder desarrollar la dinámica que pastoralmente teníamos acostumbrada de estar cerca de la gente y conocer su tono espiritual y sus necesidades, es inevitable que el corazón de un pastor genuino sufra pensando al igual que Pablo en cómo estarán viviendo su fe en estos tiempos no solo de pandemia sino en medio de una sociedad tan contraria a Dios, aquellos creyentes sobre los cuales tenemos responsabilidad.
Pero al igual que Pablo fue consolado al recibir las noticias de qué aquellos creyentes por la obra del Espíritu Santo y su amor hacia el Evangelio estaban siendo sostenidos, también en estos tiempos es de gran gozo cuando escuchas a mayores, jóvenes y niños compartir como en medio de momentos de sequedad, sienten por el Espíritu el volver a buscar la palabra y la oración para poder levantarse en su fe y conservarse en su amor a Dios. Es en esos momentos que al igual que Pablo solo puedes dar gracias al verdadero y Buen Pastor nuestro Señor Jesucristo porque Él sigue cumpliendo su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.