"Porque, si vosotros perdonáis a los demás el mal que os hayan hecho, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial."
Mateo 6:14 BLP
La oración es el regalo que Dios nos da a través del Evangelio para poder comunicarnos con Dios y que Él nos reciba como hijos y nosotros a Él como Padre. Pero para que esa comunicación se diera, el Hijo de Dios; Jesucristo que fue el único sin pecado, tuvo que sacrificarse voluntariamente para que no hubiera nada entre nosotros y El Padre que le hiciera darnos la espalda. Por ello Dios no negocia el hecho de que nosotros toleremos pecado contra Él y ofensa contra nuestro prójimo. Si nos mantenemos ahí la advertencia es clara; Él deja de perdonarnos y la comunicación se corta.
Por eso antes de hacer esfuerzos titánicos para conectar con Dios, examinate si realmente hay algo entre tú y Él o entre tú y tu prójimo. En ocasiones me he encontrado con personas en desiertos espirituales, aunque orán no tienen avance en sus vidas pues no tienen resuelto este tema y la comunicación no fluye. Si el Espíritu Santo te redarguye, arrepientete rápidamente y a partir de ese momento experimentarás que el canal está abierto y la comunicación y el gozo fluirá rápidamente en
esos tiempos de oración entre tú y tu padre.