"Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo"
Efesios 3:14 NBLA
En esta ocasión vamos a reflexionar sobre la actitud que el hijo de Dios debe tener cuando se acerca al Padre en oración. Aquí vemos al apóstol Pablo, un hombre de profunda revelación espiritual y usado por Dios como pocos, pero cuando se acerca al Padre lo hace doblando rodillas y en los princios que ya Jesús nos enseñó en el Padre Nuestro. Primeramente reconociendo y asombrados delante de quién estamos. Segundo aunque Dios nos da confianza en el acceso a Él no por eso debemos de perder la reverencia ni el temor delante de quién depende el aliento de nuestra vida.
Creo que la iglesia hoy ha sido permeada por la filosofía de engrandecer al hombre y domesticar a Dios, por ello debe recuperar el volver a las rodillas y a humillar el corazón en dependencia y reverencia cada vez que le busca. "Soberano Señor" fueron las palabras con las que empezaron a orar nuestros hermanos de la joven iglesia que acaba de nacer en Jerusalén. Volvamos a estos principios en la oración y no perdamos de vista que tenemos un Padre que está en los cielos y lo llena todo y que nosotros seguimos en la tierra.