"El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad."
Juan 1:14 NBLA
Aunque en estas fechas de nuestro calendario donde celebramos la Navidad, no sean los días exactos en los que Jesús nació, y aunque también nuestra sociedad se enfoque en darle otro carácter a esta celebración e incluso se le quiere cambiar el nombre de "Navidad" por "Fiestas". Lo que nunca podremos dejar de reconocer es que Navidad del latín nativitas, lo cual significa "nacimiento" partió la historia en dos, pues el Hijo de Dios, Eterno, Infinito y Todopoderoso se hizo hombre y se encarnó en la persona de Jesús, naciendo como un humano para representar a aquellos que quieran identificarse con Él por fe y arrepentimiento en su vida, muerte y resurrección y de esta manera ser perdonados por Dios Padre y entrar a una nueva vida.
Pero la gran verdad es que Jesús no ha dejado su naturaleza humana en la eternidad, por amor a nosotros el siendo Dios adopto nuestra naturaleza para proveernos de la obra para el camino de salvación y ahora Él se identifica eternamente con nosotros en esa naturaleza humana. Esto nos deja asombrados a la dimensión de su amor, pues siendo Dios se ha hecho hombre también para poder compartir con nosotros. Por ello su nacimiento como hombre no será olvidado en la eternidad.