"Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor,"
1 Juan 3:14 NVI
El amor es un mandamiento y por ello no requiere de estar acompañado de sentimientos sino más bien de una voluntad dispuesta. Esta fue la voluntad que Jesús tuvo hacia Dios y hacia los que le rodearon. Su vida se enfocó en ello y ahora se nos ha dado Su Espíritu en nosotros, por lo que una de las evidencias de que hemos nacido en esa nueva vida es que nuestros pasos van en esa dirección. Es un amor por Dios y Su Palabra trasladado en obediencia aún cuando los sentimientos no están. Y un amor e interés por los que tenemos cerca. Si sientes que esa voluntad por ir en esa dirección está asfixiada en ti y te sientes indiferente hacia una devoción genuina por Dios trasladada en obedecer Su Palabra y un interés por tu prójimo, pudiendo pasar por su lado y ver su necesidad y no moviéndote en hacer lo que esté de tu mano y buscar su bien, entonces necesitas arrepentirte y pedirle al Señor que te vuelva a dar esa categoría de amor la cual en Apocalipsis se nos describe como el primer amor.
Este no tiene tanto que ver con las emociones sino con la calidad e integridad con la que amamos a Dios y a otros.
¡Un abrazo a todos!