"Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.,"
1 Juan 5:3 RVR1960
Terminamos esta breve serie sobre las marcas que nos pueden ayudar a reconocer en nosotros y en otros que realmente hubo un nuevo nacimiento como consecuencia de un arrepentimiento sincero y de venir a Cristo haciéndolo Señor y Salvador de nuestras vidas. En este último capítulo de esta carta de Juan, la cual describe virtuosamente cómo ha de ser una vida nacida de nuevo, encontramos que él amor por los mandamientos de Dios y ver su voluntad como una bendición y buen deseo de Dios para con nuestra vida es señal de tener una fe real dada por Dios. Podríamos describir la fe como el creerle a Dios y que todo lo que Él dictamina para nuestras vidas y encontramos en Su Palabra es bueno, agradable y perfecto para con nosotros. Por eso cualquier línea que Él nos pide no cruzar en todos los aspectos de la vida, así como los mandamientos que nos ayudan a elegir la dirección que Él quiere, lo veremos como un favor y un regalo y no como un agravio o una carga.
La fe es obediencia, pero esta va más allá de una obediencia porque sí, sino es una obediencia basada en el carácter sabio y bueno de quién nos la demanda.
¡Un abrazo a todos!