"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros."
1 Juan 1:8 NBLA
Hoy la palabra pecado parece que está fuera de nuestro lenguaje, en ocasiones le hemos dado otros nombres como errores o fallos, pero por mucho que lo queramos disfrazar, el pecado paga con muerte y golpea contra nuestra conciencia y no deja de venir con todas sus consecuencias. Todos pecamos y en muchas ocasiones gastamos demasiadas fuerzas para acallar su culpa y la vergüenza que sentimos por pecados cometidos en nuestra vida. Solo hay una forma de liberarnos de esa culpa y es saber que nuestro pecado es perdonado. En todo el universo solo hay alguien que pueda hacerlo y es Jesús. Hay dos motivos por lo que lo puede hacer, primero porque nuestro pecado realmente es contra él y solo él puede perdonarlos y segundo porque él pagó totalmente la deuda que habíamos contraído contra Dios por nuestro pecado. Pero aún así hay pecado que él no puede perdonar, ¿cuales son?, "los pecados no confesados" . Hay un requisito para poder ser perdonados y es confesarlos y apartarnos de ellos, si esto no se da, esos pecados nunca podrán ser perdonados, y si nuestro pecado no es perdonado nos matará en esta vida y nos dejara eternamente perdidos.
Por lo que esto es un asunto crucial que cada ser humano va a tener que enfrentar. Si hay palabras que suenan melódica en los cielos es la confesión de un corazón arrepentido y que se vuelve a Dios. ¡Ahora es el mejor momento para hacerlo!