"Por causa del ocio se viene abajo el techo, y por la pereza se desploma la casa"
Ec 10:18 NVI
Terminamos esta serie de devocionales reflexionando sobre la responsabilidad que tienen aquellos que están llamados a velar y a cuidar de la familia de Dios. Recuerdo hace no muchos años una noticia trágica sobre un conductor de autobús que se quedo dormido, y su sueño llevo a la muerte de muchos viajeros. Si es trágico que un creyente se duerma aún lo es más si un dirigente o columna de esa familia se adormece en la hora final, pues las consecuencias son de mayor alcance. Un dirigente sobre vidas que está dormido no advertirá del peligro ni tendrá la trompeta afinada para advertir cuándo viene el enemigo. Los que dirigen también son referencia para aquellos que van detrás y si él se queda dormido, reflejará como un estado normal que no lo es el adormecimiento espiritual y el arrastrar los pies. Por ello que necesario es estar rodeados de hermanos maduros y de trayectoria que nos puedan amonestar si nos ven en un adormecimiento espiritual a aquellos que estamos marcando la marcha y al frente del rebaño. Oremos por aquellos que nos dirigen y animemoslos a permanecer despiertos pues su velar nos afecta también a nosotros.