"«Hijo de hombre, estas personas han hecho de su corazón un altar de ídolos, y a su paso han colocado trampas que los hacen pecar. ¿Cómo voy a permitir que me consulten?"
Ez 14:3 NVI
El pueblo de Dios habia recibido la voluntad divina a través de la ley escrita, pero ellos habian puesto en su corazón ídolos como personas, situaciones, cosas materiales, etc que ocupaban el lugar de lealtad, afecto, seguridad y confianza que solo Dios debe tener.
Cuando ellos iban a consultar la palabra de Dios, el engaño de su corazón les llevaría a escuchar e interpretar como a ellos les interesara cayendo en este tipo de juicio en el cual sin arrepentimiento y agarrarse a la verdad no podrian salir de su propio engaño. Este mismo principio se puede vivir hoy, creyentes que caminan a su manera en áreas donde la Palabra de Dios ya ha marcado el camino, pero ellos quieren otro, por lo que tuercen o ignoran las escrituras o hasta escuchan una voz de Dios que les autoriza, como escuche el caso de una mujer que realizaba un trabajo ilícito, pero decía que Dios a ella le permitia realizarlo. Cuidemonos de no tomarnos en serio la palabra de Dios y de guardarla aunque nos cueste todo. Si la negociamos por deseos que nos interesan, las trampas no tardarán en aparecer. Arrepintamosnos y pidamosle misericordia a Dios para no estar en esa condición.