"Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da."
Éxodo 20:12 RVR1960
Hemos estado viendo los primeros mandamientos y como estos estaban dirigidos en cuanto a nuestra relación con Dios.
Los siguientes tienen un enfoque en cuanto a nuestra relación con el prójimo. La medida de nuestro cumplimiento con los que vendrán ahora tiene mucho que ver con nuestra obediencia a los primeros. Dios empieza dando instrucción con nuestras relaciones más vitales. Dios es Rey y Él ha decidido delegar su autoridad a través de los hombres en las diferentes instituciones, familia, iglesia y gobiernos.
Nuestro primer encuentro con su autoridad será a través de los padres, la Biblia no pone el foco en cómo la autoridad delegada es representada, sino en como nosotros nos relacionamos y sujetamos a esta. Por ello es vital que los hijos empiecen a formar un espíritu de mansedumbre a través de la obediencia a los padres, si llegan a aprobar en esta etapa, la promesa está asegurada y es que serán de larga vida. Esto no solo tiene que ver con la relación de años, sino con el efecto de sus vidas en cuanto al propósito de Dios y hacía otros.
La desobediencia a este mandamiento, Pablo la pone en la categoría moralmente depravada que tendrán los hombres en los tiempos más difíciles que la humanidad ha conocido, lo vemos en Romanos 1:30 y 2 Timoteo 2:2. Por ello bienaventurados aquellos que buscan cumplir con este mandamiento en todas sus formas.