"El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva."
S. Juan 7:38 RVR1960
Apocalipsis nos muestra un río de agua de vida que sale del trono de Dios y del Cordero, este río contiene la vida y esencia de Dios que va regando y dando de esa vida allá por dónde pasa y esa vida contiene el amor de Dios para su creación. Jesús prometió que esos ríos saldrían del corazón del creyente donde el fuera recibido como Señor, estos ríos contendrían también el amor que solo Dios puede producir y este es un amor ágape, es un amor que va en una única dirección y que como río va mojando todo aquello por dónde pasa pues su fuente no depende de sí mismos sino del Dios que lo prové. Es por ello que Juan afirma categóricamente que una señal de haber nacido de nuevo es vivir una vida en forma de río, de amor incondicional hacia los hermanos. Gracias a Dios que esta vida no depende de nuestra habilidad o capacidad sino de estar conectados a la fuente infinita de amor que es nuestro Dios y ser participes de su naturaleza. Al igual que el río que salía del trono de Dios, aquel que vive este estilo de vida irá dejando un reguero en forma de jardines, árboles y frutos a través de las vidas en las que tendrá la oportunidad de pasar. Haber nacido de nuevo nos da una naturaleza que disfrutará de ir corriente abajo llenando allá donde hay sequedad.