“Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo según la fe de los elegidos de Dios y el pleno conocimiento de la verdad —la cual es según la piedad"
Tito 1:1 RVA2015
No es casualidad el orden que Pablo usa cuando se presenta y expresa quien es y lo que hace. Después de dejar claro que es alguien único y diferenciado de los demás, no se ubica en un pedestal,, sino que pasa a explicar que él es un siervo o en su original un esclavo de Jesucristo. Ser un esclavo tenía que ver con una condición bajo la que se vivía y sobre la que giraban tus 24 horas del día. Están las personas que hacen cosas y cumplen, pero también las que por donde van están con los ojos abiertos para ver que hace falta y como pueden hacer para que las cosas se lleven a cabo, mejoren y las necesidades de otros sean cubiertas. En esta categoría es en la que Pablo se ubica y después explica que parte de su servicio era el oficio de apóstol de su Señor. Pero los que conocemos su trayectoria descubrimos que su vida no se limitaba a operar únicamente cuando se requería de esa función, lo vemos recogiendo ramas para calentar a otros o preocupándose por un esclavo. En una congregación con cultura de servicio verás que una vez presentada una necesidad, alguien que está realizando otras funciones, sin desatender lo que hace, se remangara para ayudar, también verás que una vez que se han marchado los ujieres, si se ha quedado algo por recoger y el último en salir es el que predicó esa tarde, dejará las cosas recogidas sin necesidad de subir una foto a las redes sociales. Y todo esto se dará porque el que es un servidor, esto le sale tan natural como el respirar. Por cierto ser un siervo es algo que se decide y hoy puedes empezar a serlo.