“Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su arduo trabajo en el Señor no es en vano."
1 Corintios 15:58 RVA2015
Tuvimos la bendición como familia de compartir lo que era para cada uno de nosotros servir a Dios en nuestra congregación local, sabía que aportarian cosas muy interesantes y entre ellas me sorprendió ver a mi hija la cual forma parte de una generación rápida e instantánea, hacer referencia a las salidas de evangelización en la calle que hacen los domingos entre reunión y lo importante de no dejar de servir por los resultados del momento, creyendo que en algún momento esas semillas pueden traer un fruto. Este fue un ingrediente de todos los servidores notorios en el relato bíblico "la constancia" hay algo del carácter de Dios en ello. Dios es un Dios de procesos y sus seguidores también saben que al igual que en la naturaleza las cosas que merece la pena toman su tiempo y necesita su cultivo, así es en las cosas espirituales. Por ello se arman de paciencia, fe y perseverancia para esperar los cambios y la cosecha que esperan. Predicar sensacionalismo y esperar solo cosas que ocurren de hoy para mañana solo traerá frustración. Dios tiene su reloj, por ello el primer Pentecostés tomo días de fidelidad y oración a los primeros creyentes. Por lo que una congregación que persevera y es constante a pesar de las tormentas y adversidades, está dando un mensaje de fe y confianza.