“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;"
1 Timoteo 6:6 RVR1960
Cuando hablamos de acompañar nos viene la idea de traer algo de fuera e introducirlo en este caso a nuestra vida. La pregunta sería ¿dónde vamos a buscar el contentamiento que nos debe acompañar? Si salimos a buscarlo a las propuestas de nuestro siglo, la verdad que posiblemente acabemos naufragando, pues los que sobreabundan en aquello que se nos vende como felicidad y contentamiento, vemos que la sonrisa y la dicha es lo último que aparece en sus vidas. El contentamiento viene más de dentro que de fuera, es el cultivo y la persecución de lo que realmente vale y lo que al final traerá ese verdadero contentamiento a nuestra vida. Pablo nos apunta a la piedad como forma de traer contentamiento a nuestra vida y no echar raíces en lo temporal y lo que la aduana de la muerte nos arrebatará. La piedad nos enseña a no poner confianza en las cosas para traernos felicidad y al mismo tiempo nos apunta a las relaciones cómo forma de hacer rica nuestra vida. Todo aquello en lo que crezcamos en manera de relación virtuosa y saludable con aquellos que nos rodean y también en cuanto a Dios y nuestra semejanza con Él, será una riqueza que no solo traerá contentamiento y satisfacción a nuestra vida,, sino que la aduana de la muerte no podrá arrebatárnoslo.