“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida."
Proverbios 4:23 RVA2015
Cuándo llega la primavera, espero ese momento dónde planto muchas de las hortalizas las cuales en el verano que rápidamente llegará podré disfrutar. Pero sin excepción me encuentro qué alrededor de esas plantas surgen malas hierbas las cuales yo no quise ni intencioné que salieran. La realidad es que esas malas semillas estaban en la tierra y solo necesitaban las condiciones óptimas para salir y si es posible axfisiar las buenas plantas. En una ocasión Jesús dejó claro a sus discípulos que en el corazón caído del hombre todavía residen semillas, él las nombró como: malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, hablar mal de los demás y blasfemar. Él les dijo que estás semillas contaminarian y harían infructuosa y poco útil la vida del hombre. Como un buen hortelano usa las herramientas de la Palabra de Dios y vigila tu corazón diariamente para que estás semillas no lleguen a crecer y dar frutos de muerte en tu vida y para los demás. Guardar el corazón es un asunto de toda la vida.