“Para que todos sean uno así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste."
Juan 17:21 RVA2015
La unidad es un principio espiritual que emana del mismo Dios y que hace una diferencia tal como el día y la noche allá donde se busca y se vive. Este principio de paz y unidad lo reconoció y aprovechó el propio Salomón y así se lo expreso a Hiram:
"Pero ahora, el SEÑOR mi Dios me ha dado reposo por todas partes; no existe adversario ni calamidad." Él le comentaba como su padre David por causa de las guerras no tuvo las fuerzas necesarias y el momento adecuado para poder dedicarse a edificar aquello que entendía que era para Dios “El Templo", pero ahora gracias a la paz que se disfrutaba dentro del reino, se podían invertir las energias en levantar casa para Dios y otros edificios para la nación. Es muy triste cuando pastores que no van sobrados de fuerzas tienen que gastarlas en apagar pequeños fuegos dentro de las congregaciones por hermanos que luchan por cuestiones inmaduras o de orgullo y ego, cuando fuera hay un auténtico fuego donde literalmente millones se van al infierno eterno que no puede ser apagado. Bienaventurada la congregación que muere a su yo e interéses personales, buscando la unidad y permitiendo que las fuerzas de sus dirigentes se enfoquen en sacar tizones del verdadero y trágico fuego. Qué hermoso es poder salir de la trinchera a pelear la batalla contra las tinieblas sabiendo que dentro la armonía y la unidad están cuidando a los heridos y a los que se incorporan a la familia. Seamos recordados por personas que unen y traen paz allá donde están.