“Sin afecto natural, desleales, calumniadores, sin templanza, sin mansedumbre, sin bondad,"
2 Timoteo 3:3 JBS
En su última carta a Timoteo, Pablo le pasa a relatar el carácter de la sociedad que precederá a la venida del Señor. Es muy interesante lo certero que es y rápidamente te das cuenta de hasta donde llegará el ser humano en su alejamiento y desconexión de Dios. Pues bien, ya estamos ahí. Pablo le dice que una de las características será la pérdida del afecto natural, y una de las formas donde hoy más se ve esta tragedia es en el aborto de miles y miles de no nacidos en nuestro pais. Pero lo triste no es solo que se permite, sino que se aplaude y se da como legal el triunfo del egoismo sobre la vida. Los argumentos son variados pero la realidad es que ninguno se mantiene por sí mismo. El lugar más seguro del mundo, el vientre de una madre en las manos de un medico con vocación de salvar la vida, en una de cada cuatro ocasiones se convierte en un lugar sin afecto natural por ese inocente y teniendo el médico que violar el juramento hipocratico en el que se compromete a solo llevar bien y salud a las personas. Tan cobarde es nuestra sociedad que la única diferencia en matar a un bebé en el vientre de su madre o hacerlo fuera, es que dentro no miran el rostro. Es tiempo de llorar por el pecado de nuestra generación y pedir a Dios misericordia pues las consecuencias de este pecado serán juzgadas. Pero antes del juicio Dios ofrece misericordia al hombre, Jesús el Dios encarnado nos ofrece perdón si venimos a él en arrepentimiento. La ruina moral de nuestra sociedad es evidente y muchos están sufriendo por esta. Como Iglesia tenemos la obligación de compartir este único mensaje sanador y restaurador "EL EVANGELIO".