“Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor. "
Eclesiastes 1:18 RVR 1960
Cohelet siendo el hombre más sabio de su época y un buscador incansable del sentido de la vida, llega a la conclusión de que el conocer en mayor dimensión el funcionamiento de los rincones del corazón, las formas de la vida y como esto funciona le produjo molestia y dolor. Rápidamente nos preguntamos ¿Por qué? Una de las claves para entender el pensamiento del escritor es que su perspectiva era temporal y terrenal, es desde ese balcón que se asomaba a la existencia y sus preguntas.
Conoció, contempló y reflexionó sobre todas las formas en las que se puede vivir y desarrollar la vida concluyendo que era un ir tras el viento, pues al final en ninguna se encontraba una respuesta, ni seguridad, ni esperanza permanente. Hoy el hombre sigue buscando, planteando hipótesis y queriendo conocer para responder a las cuestiones más profundas del corazón. En esa búsqueda nos encontramos el ateísmo con todos sus argumentos; y al contemplar sus propuestas a estas cuestiones encuentro que podra intentar acercarse para satisfacer el intelecto, pero nunca traerá satisfacción al corazón al que deja huérfano y sin esperanza alguna. Pero Las Escrituras nos acaban revelando al Creador de todo, el cual si que consigue satisfacer el intelecto pero sin lugar a duda el corazón humano, dándole adopción y esperanza eterna.