"Prosperé y superé a todos mis predecesores en Jerusalén. Además de esto, conservé conmigo mi sabiduría"
Eclesiastés 2:9 RV2020
Una de las cosas que a estas alturas de acompañar a Cohélet nos habremos dado cuenta, es que él dispuso de una oportunidad de ventaja en muchas de las casillas de salida en la vida. Como rey de Israel ya ocupaba un lugar de influencia y respeto, pero trabajó y aprovechó la oportunidad para llegar a ser el "número uno". En la búsqueda de significado, muchos albergan la idea de que si llegan a destacarse, ganar, impresionar y ser el primero de la fila, el descanso del alma estará asegurado.
Perdemos paz y gozo no por ser y tener, sino por ser y tener más que el que está a nuestro lado. Eso fue lo que consiguió Salomón, ser el mejor de los que tenía a su lado, llegó a ser el más ilustre rey, pero cuando llegó, descubrió que en esa cima no se encontraba lo que se esperaba, sino que la soledad y el vacío fueron sus vecinos.
Pero tenemos la vida del Rey de Reyes, nuestro Señor Jesucristo, que recorrió el camino al contrario, dejando la cima y la gloria para hacerse un siervo y entregar en amor su vida por nosotros. Él dijo que Él era el camino, la verdad y la vida; por lo que nos mostró que el camino y la forma veraz de vivir la vida es desde el servicio, humildad, amor y entrega. ¿En qué dirección estás moviéndote hoy?, todavía estamos a tiempo de seguir los pasos de Jesús y saber lo que es vivir la vida de verdad.