"Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; más todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones."
Éxodo 10:23 RVR1960
Durante tres días lo único que los egipcios tenían era oscuridad, pero algo sobrenatural estaba ocurriendo en el campamento del pueblo de Dios y es que estos tenían luz tanto de día como de noche.
Qué desperdicio hubiera sido aprovechar esa luz para hacer mejoras en casa y dedicarlo a únicamente ocio y a descansar algo, ya que hasta ese momento habían estado trabajando duro como esclavos. Creo que ante la inminencia del tiempo que estaban viviendo, los cabezas de cada hogar tomarían la iniciativa a estar alertas en oración y desarrollando su fe y la de los suyos para el momento en el que Dios diera palabra, estar pronto a obedecer y no sufrir ninguna perdida en el éxodo que ya se les venía encima. Sería una tragedia que en los tiempos que estamos viviendo los cabezas de el hogar y los que viven con este no ejerciten la virtud espiritual propia y de los suyos para que podamos estar en el tono espiritual adecuado para lo que se requerirá en los tiempos que vienen.
Es tiempo de despertarnos mucho más y que la luz no nos deje quedarnos dormidos.