Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
ECLESIASTÉS 3:1 RVR1960
"Debajo del cielo," "tiempo" y "hora". Siempre he pensado en cómo este corto y profundo versículo, resume la realidad del papel que al vivir se nos ha otorgado a cada uno de los que por "Gracia", hemos sido llamados a la existencia.
La tierra es un escenario dónde hay leyes espirituales y naturales, así como ingredientes de todo tipo en relación a la familia, las relaciones, la formación, la salud, el trabajo,etc... tomando cada día cientos de decisiones gestionadas e influenciadas por nuestras lealtades, valores y creencias. Pero un día se nos llamará a salir de este escenario dónde otros tuvieron su oportunidad y ya no están, dónde otros siguen entrando y dónde otros entrarán cuando ya nosotros no estemos y entonces, seremos llamados a rendir cuentas. Será en ese juicio cuándo todo será pesado bajo parámetros y matemáticas Divinas, descubriendo cuáles fueron las cosas nobles o vanas dónde invertimos tiempo. Pero hay una variante en este libro más adelante a la cual me adelanto, que marca una diferencia en el desarrollo de nuestro papel en este universal escenario: "Que lugar ocupa Él Creador y Su Verdad en nuestra existencia". Esto no solo condiciona la forma en la que nos movemos en todos los tipos de tiempos, sino en el del tiempo llamado "Eternidad".