Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Eclesiastés 3:11 RVR1960.
Esta es una de las verdades más profundas, vehementes que Cohélet expresó, y en las que merece la pena que paremos y reflexionemos.
La vida diseñada por Dios, estaba llena de propósito, sentido, relación y lo más increíble, "ETERNIDAD", permaneciendo siempre en desarrollo y continuidad. Pero el pecado lo estropeó todo y nos dejó a oscuras parcialmente.
Aún hoy, tenemos la oportunidad de por medio de la verdad, sabiduría y fe, aprovechar y vivir los tiempos que cada estación nos ofrece, pero siendo sabios y escuchando la eternidad que reside en nuestro corazón, pues todos queremos vivir, no envejecer y nos resitimos a que todo se acabe.
Estos anhelos de eternidad y preguntas que en algún momento los hombres se hacen, revelan aún en nuestra sociedad que se quiere definir materialista y atea una señal de que hemos sido creados por alguien eterno y que le dio propósito a todo.
Esto es algo que de generación en generación sigue siendo un suspiro lleno de incognitas entre los hombres que lo intentan ahogar con todo tipo de colores y formas. Pero gracias a Dios por Jesucristo y su obra la cual nos deja entender lo que Dios ha hecho desde el principio y que seguirá en la eternidad en la promesa de la vida eterna.