Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.
Eclesiastés 5:9 RVR1960
El rey o gobernante se puede creer por encima de los demás y sentirse independiente, poderoso y autosuficiente, pero Dios en este versículo, en un tono de ironía, deja claro que al final todos dependemos de la tierra para nuestra supervivencia. De la tierra fuimos formados y de la tierra dependemos para mantenernos.
El ser humano siempre ha fantaseado con su deseo de sentirse Dios y por encima de lo establecido, por eso el poder es tan peligroso y corrompe tanto. La realidad es que el gobernante depende del simple trabajador para producir lo que necesita para vivir, y el trabajador depende de la tierra y de lo que ésta da para producirlo y vivir también. Por ello dos reflexiones breves: La primera es que debemos bajarnos los humos y considerarnos dependientes unos de otros para nuestro vivir y mantenernos; si un eslabón falla, la cadena se rompe. Lo segundo es que dependemos de los bienes dados por Dios a nuestra tierra y, además de darle gracias, debemos administrarlos con mayordomía y responsabilidad, cosa que tristemente no estamos haciendo.
Han pasado muchos siglos de éste versículo pero el principio sigue siendo el mismo.