Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia;
Eclesiastés 8:12 RVR1960
Cohélet sólo nos da dos formas de entender la vida: Pecando o temiendo a Dios.
Nosotros procedemos de Dios, pecar es ir contra la naturaleza de Dios, por lo que es ir en contra de nuestro propio diseño y destino. Temer a Dios tiene que ver con un sentido de respeto y reverencia a quien nos ha dado el regalo de existir y vivir, por lo que el que teme a Dios vive en consonancia con su carácter y naturaleza. El pecador se ha convencido de que vivir a su manera y estableciendo él la medida de las cosas, es el camino a la libertad y felicidad, pero el pecado tiene leyes que llevan a la muerte en el sentido físico, emocional y espiritual al que lo practica.
Cohélet plantea una posibilidad y es que durante un tiempo si esas leyes no se ejecutan y aceleran, parecería como que el pecador que vive de espaldas a Dios y en la forma de vida en la que Frank Sinatra cantaba: "A mi manera", se está saliendo con la suya. Pero al final, la ley del pecado atrapa y cae sobre el pecador. Por lo que Cohélet nos propone vivir una vida agradable y que honra a Dios, pues aunque a veces pareciera que es adelantada por el pecador, al final lo verá fuera del camino. En cambio, él volará y continuará viviendo en la mejor de las maneras de vivir la vida que no es otra que "A Su manera".