Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
Eclesiastés 9:4 RVR1960
Como ya hemos comentado en anteriores devocionales, la perspectiva sobre la vida por parte de Cohélet estaba limitada a este lado de la eternidad, cosa que lo llevaba en ocasiones a desesperarse al ver como la muerte trunca el deseo de vida y plenitud al que aspira nuestro corazón.
Por ello reseñaba que por mucho león que hayas sido en la vida, devorando, venciendo y luciendo, la muerte lo sesga todo dejándolo aparentemente devastado e inservible. No se equivocaba al citar que el perro vivo es como el que tiene esperanza. El perro a lo mejor no se ha encumbrado como un león, pero si está vivo y el león muerto, ya tiene ventaja.
En esta vida ha habido muchas personas que como leones, han conquistado las cotas más altas para el ser humano, pero hoy ya no están. Si tú estás leyendo este devocional aunque no hayas conseguido subir a esas cotas, tienes vida y eso te da la oportunidad de reconciliarte con el Creador a través de Jesucristo y vivir una vida de honra, servicio y obediencia para su nombre.
Por lo que en términos de eternidad tienes la mayor y mejor de las oportunidades que un ser humano puede tener en la vida. Da igual de dónde vienes, si aprovechas la puerta que es "Cristo", tendrás el mayor de los futuros y esperanza. Por lo cual aprovecha mientras tengas vida.