La sabiduría hace más fáciles los trabajos. Es muy difícil cortar con un hacha sin filo, pero si se le saca filo, el trabajo es más fácil. Las cosas se hacen bien si se hacen con sabiduría.
Eclesiastés 10:10 PDT
¡Qué hermosa referencia a la virtud de la sabiduría nos regala en este texto Cohélet!
Cuánto esfuerzo gastamos en la vida por intentar hacer las cosas con nuestras fuerzas y consejos, damos un y otro golpe a las circunstancias y a veces incluso a las personas a ver si nuestra realidad cambia y los árboles caen, para encontrarnos cansados, frustrados y habiendo logrado poco. Pero, ¿qué tal si nos paramos y escogemos la senda de la sabiduría de Dios?. ¿Qué tal si nos humillamos y buscamos el consejo de Dios en su palabra, en su presencia, en el consejo de hermanos maduros en la iglesia para talar todos esos árboles que deben caer en nuestra vida?. Posiblemente veríamos que no es un tema de apretar el músculo sino de disponer y humillar el corazón.
¡Cuánto campo ganaríamos en nuestras vidas si echamos mano de la sabiduría!
La buena noticia es que está disponible y en abundancia, pero necesitaremos cerrar los oídos al ruido necio de este siglo y cultivar junto a Dios una relación donde nos empapemos de su sabiduría. Pero como nos muestra el texto, ese tiempo invertido nos ahorrará cayos en las manos y en el corazón, tiempo perdido y árboles que nos impidan ver la plenitud de la vida. Hoy es un buen día para adquirir y cultivar sabiduría como lo es el hecho de reflexionar en este devocional.