Siembra en la mañana y vuelve a sembrar en la tarde porque no sabes cuál de las siembras saldrá mejor, si la una o la otra, o si ambas darán buen resultado.
Eclesiastés 11:6 PDT
Dado que Cohélet era rey, tuvo instrumentos en sus manos para poder controlar casi todas las áreas de su vida como ningún otro. Pero al final de este libro, vamos viendo destellos de conclusiones que se aproximan a la razón y la humildad.
En este caso, concluye que por mucho que nos afanemos y nos empeñemos, no podemos tener el control de las cosas que nos acontecerán en la vida. Intentamos asegurarlo todo creyendo que así fundamentaremos un futuro seguro, pero ni el próximo latido de nuestro corazón depende de nosotros. Si hay algo en lo que podemos gastar nuestras fuerzas, energías y planificación, es en hacer lo que nos toca hacer en la mañana y en la tarde. No se trata de controlar, sino de ser responsables con nuestra encomienda en cada etapa y momento de la vida.
¡Eso si podemos y debemos hacerlo!
Pablo lo llamó: "redimir el tiempo".
El mañana no nos pertenece, pero si llega, vendrá con las semillas que antes hayamos sembrado. Por eso hoy estás construyendo lo que ocurrirá los próximos tres, seis y doce meses. Al poner los pies en el suelo pidamos a Dios un sentido de responsabilidad y buena mayordomía para vivir lo que la Biblia denomina: Una vida para la Gloria de Dios.