Echa fuera de tu corazón el enojo. Aparta de tu ser la maldad. Porque la adolescencia y la juventud también son vanidad. Eclesiastés 11:10 RVC
Terminamos este capítulo 11 donde Cohélet prepara al joven para la gran verdad que nos va a mostrar en el capítulo 12. Cohélet vuelve a poner el acento en las oportunidades y anhelos que se tiene en la juventud, pero si busca esas oportunidades en el mal, se topará con el enojo y el dolor.
Mucho del placer que se percibe y se experimenta en la juventud, viene a través de los sentidos y, pocos jóvenes, y más en nuestro tiempo, evitarán recibir la original oferta de que disfrutar de la vida es el exceso en sus múltiples formas.
Bienaventurado el joven que va a disfrutar la vida a través de los sentidos sana y saludablemente, dejando que cada cosa venga a su tiempo y en la voluntad de Dios. No le faltará la sonrisa, será un compañero de la paz y acumulará un sin fin de historias bien vividas y sin pesar en el recuerdo. Aunque nuestra generación no se lo quiere creer, la juventud es vanidad porque es temporal, no la puedes retener y sí o sí da paso a la etapa de la cosecha.
Joven, no olvides que Dios quiere verte sonreír y Él ha dejado el camino y la manera de hacerlo. Nos vemos en el capítulo 12.