Por eso los responsables de haber difundido esta información falsa acerca de aquella tierra murieron delante del Señor, víctimas de una plaga.
Números 14:37 NVI
Dios nos ha dado el privilegio de nacer de nuevo y, por medio de Cristo, entrar a formar parte de su pueblo: "la iglesia".
Esto es lo más increíble y maravilloso que nos puede ocurrir a este lado de la eternidad: el estar "delante del Señor". Sin embargo, ser identificado como pueblo de Dios conlleva la mayor de las responsabilidades también.
Pensar que se trata de simplemente asistir a reuniones y esperar irnos al cielo es no haber entendido nada.
En este caso, este grupo de responsables, ante la responsabilidad de hacer avanzar la misión de Dios, por creer sus pensamientos, temores y dudas, llamaron a Dios mentiroso al no presentar como posible la misión a la que Dios mismo los llevaba. El resultado fue que desviaron la mirada de muchos y ellos mismos se las vieron con Dios, enfermando y cayendo muertos.
No tomar en serio nuestro vivir en fe, su palabra delante del resto de la congregación, y no creerle en cosas pequeñas o grandes, siendo de tropiezo a otros, aún en el Nuevo Pacto, contiene advertencias del mismo Jesús con:
"¡Ay de aquel que haga tropezar!" No tenemos por qué ser de ese tipo, como fueron los espías de Israel y los que hacen tropezar a otros en el actual Pacto. Se trata de creer firmemente Su Palabra y no dudar del carácter del Dios que la da. Hemos sido acercados a un Dios maravilloso, pero con el que ni se juega ni se le llama mentiroso.