Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel)
GÉNESIS 49:24 RVR1960
Sin duda, vemos tanta gloria de Dios en los paralelismos de las enseñanzas escriturales y la creación, que se convierte en un motivo más de postración y adoración.
La oveja es un animal sin capacidad para conducirse sola, por lo que la figura del pastor está unida a ella. Así, el creyente necesita a su buen pastor: Jesús.
¡Es precioso ver al Señor ya en las páginas del Antiguo Testamento!
José fue, como otros tantos, un adelantado a la revelación divina. En este caso, aunque podía parecer que estaba atravesando valles imposibles y de muerte, supo que el buen pastor estaba con él, y que el amor del buen pastor, por ser fiel a su propio nombre, lo sostendría en medio de esas escabrosas y oscuras sendas.
Siglos después, un joven llamado David también dio testimonio de lo mismo: el principal motivo que lleva al buen pastor a cuidar, sea cual sea el valle, a sus ovejas, es el amor a su nombre.
Es mejor ser una oveja cerca del pastor en los valles oscuros, que una oveja aislada en zonas verdes. Pues si algo no va a cambiar desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura, es la fidelidad que Dios tiene a su propio nombre, el cual revela su carácter.
Por ello, José no buscó mejorar sus circunstancias; José buscó no alejarse del buen pastor. Y sabedor de su fidelidad, un día encontró que el bien y la misericordia lo habían estado siguiendo todos los días de su vida, y en la casa de su pastor moraría por eternos días.