"Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban."
Ester 2:11 RVR1960
En este tránsito de la vida, uno de los regalos qué debemos buscar y darle lugar, es el de aquellas personas que Dios pone para mentorear, cuidar, inspirar, amonestar y enfocar nuestra vida.
Personas que ya han transitado por donde nosotros estamos haciéndolo. Se necesita humildad y disposición para dejarles acceso a nuestras vidas y verlos como parte de lo que necesitamos para realizar el propósito de Dios. Los debemos tener cerca, pero incluso aunque algunos ya estén en la eternidad, nos llega su eco a través de su ejemplo, escritos o predicaciones.
En el caso de Esther no lo tenía fácil dado que era huérfana, pero supo conectar y aun siendo muy virtuosa en cuanto a su belleza, siempre dejó pleno acceso en su vida a su primo Mardoqueo y este fue un mentor clave para que Esther pudiera cumplir su propósito y que millones de judíos fueran salvados en el exilio. ¿Podrías ponerle nombre a los tuyos?