"Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;"
Hechos 2:17 RVR1960
Vemos en el primer discurso de Pedro el día de Pentecostés dónde podríamos decir que se da la señal de salida para que la Iglesia comience la misión encomendada por nuestro Señor Jesucristo, que esté cita la profecía de Joel.
En esta vemos la forma en la que Dios entiende y visualiza que debe trabajar su iglesia, dado que nombra hijos, jóvenes y ancianos en línea de lo que Juan hace en su primera carta. El Espíritu Santo sobre las diferentes generaciones trabajando transversalmente y cada una aportando en el avance de la misión. No debemos separar la actividad congregacional por edades, sino más bien desarrollar un modelo dónde en los diferentes servicios puedan participar también las diferentes edades y de esta manera se intercambia la experiencia con la fuerza. No es un modelo rápido en conseguir pero si de continuidad.
Que Dios nos de gracia y por sobre todo que su espíritu sea derramado sobre cada generación para cumplir la misión.