"¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña?"
Proverbios 5:20 RVR1960
En alguna ocasión he escuchado aconsejar a las parejas a tener una aventura o una pequeña infidelidad para animar su matrimonio. Realmente esto es un torpedo a los fundamentos de la relación. Uno de los principios del matrimonio es la exclusividad.
Cuando guardamos nuestros corazones para no permitir que la atracción por otros se despierte, así como cuando guardamos nuestros ojos para no desear a otra persona física o virtual que no sea nuestro cónyuge, nos estamos protegiendo de la ceguera qué esto trae a nuestro corazón y experimentaremos que la Palabra de Dios se cumple por lo que comenzaremos a sentir exclusividad y un deseo mejor y mayor por nuestro cónyuge.
Una vez escuché el testimonio de alguien que había dejado de tener ojos vagos pues se comprometió a fidelizarlos solamente con su esposa, no tardo mucho tiempo en experimentar un avivado deseo por ella como nunca antes. Te ánimo a no ser necio y permitir que la ceguera por lo no permitido te lleve a perder la bendición que Dios ha depositado dentro de la exclusiva relación del matrimonio.