"Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo."
Efesios 4:32 RVR1960
Uno de los propósitos del matrimonio es que se convierta en una forma que Dios usa para formar el carácter de Cristo en nosotros.
Por ello el matrimonio que deja entrar el enemigo de la falta de perdón y va guardando resentimiento de los capítulos y estaciones difíciles que ocurrirán a lo largo de este, será un matrimonio completamente desdichado y que se estará perdiendo la oportunidad de cumplir con el propósito que Dios le ha dado a esta relación el cual es mostrar amor, compasión y perdón. Solo si hemos sido impresionados por la verdad de cuánto hemos sido perdonados y también como este versículo nos dice en la forma que Cristo lo ha hecho pues cuando realmente merecíamos toda la ira y el castigo eterno vemos como el Hijo de Dios pagó con su vida para ofrecernos el perdón y la reconciliación con el cielo. Esta verdad será la que guíe nuestro corazón siempre que nos sintamos ofendidos o con derechos de guardar rencor y resentimiento hacia nuestro cónyuge.
Muéstrame a alguien que rehúsa ofrecer ese perdón y me estarás mostrando a alguien a el que su corazón no ha entendido la plenitud de esta verdad. Una de las señales de madurez en la relación del matrimonio no es la ausencia de conflicto sino la prontitud para solucionar este y el perdón será algo que deberemos otorgar y pedir en muchas ocasiones.