Vivimos tiempos excepcionales, en los que como creyentes, ciudadanos e iglesia debemos hacer autocrítica.
Hoy más que nunca debemos ser sal y luz, cómo vemos a la luz de la Escrituras, usando bien el tiempo, poniendo la mirada en lo eterno y no en lo efímero de nuestra vida terrenal
"aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos" (Efesios 5:16)