En Hebreos 11 vemos que Noé fue un de los grandes de la fe. Y basándonos en su historia, y la construcción del arca, tenemos un ejemplo de cómo hemos de vivir en medio de un mundo que da la espalda a Dios; teniendo la fe como bandera.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12: 1-2