para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Hebreos 6:18-20
Es importante que nuestra vida esté bien anclada, al igual que el ancla de un barco; anclado en una roca firme.
Partiendo de aquí, es clave, para la vida del creyente, estar bien anclado en dos verdades inmutables que harán que nuestra travesía llegue a buen puerto; donde a pesar de las tormentas, el barco se mantendrá firme.