Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
SAN JUAN 15:11 RVR1960
Cuando vas descubriendo las diferentes cajas de la vida y te das cuenta de que ninguna contiene plenitud y gozo perdurable, es cuando cobran sentido estas palabras de Jesús y decides tomarte en serio qué es todo lo que Él ha dicho, pues sabes que solo ahí va a estar el anhelo profundo que sacia tu corazón.
En los versículos anteriores, Jesús llega a hacer una declaración muy arriesgada y fuerte: "pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!".
Viniendo del Dios Todopoderoso, sonaría como a: "menuda oferta al estilo Aladdín". Pero el milagro no está en que se nos van a dar las peticiones que hagamos; el milagro es que nuestro corazón, a través de permanecer en amor junto a la vid y a las palabras de Jesús, se transformará, se ordenará y permitirá a Dios ocupar el lugar de Señor y afecto absoluto de lo más profundo de nuestro ser.
Es entonces cuando nuestras oraciones, que expresan los deseos de nuestro corazón, estarán alineadas con el cielo y con sus prioridades, por lo que, en esa conexión, Dios estará perfectamente complacido en responder, a su tiempo y forma, las peticiones que van a traerle gloria y honra a su nombre, pues ya no estaremos buscando lo nuestro, sino lo suyo y eterno.
Conclusión: una vez más, la pescadilla que se muerde la cola comienza a tomar forma. Dios se goza y su gozo viene a nosotros; nosotros nos gozamos en Él y nuestro gozo le da gloria a su nombre.